8 ago 2013

Charla con Paula Ransenberg

Ayer tuvimos la suerte de contar con la presencia de Paula Ransenberg en nuestro encuentro semanal. Hablamos largo rato sobre su obra Para mí sos hermosa y recibimos una de esas clases magistrales de actuación que tanto se agradecen y necesitan.

Acá algunas de las observaciones que aparecieron a lo largo de la conversación sobre el proceso creativo del unipersonal.

* La palabra ILUSIÓN, fue el punto de partida. La ilusión como algo presente en el teatro, en el circo, en el cine. La ilusión que implica el amor. Y en relación a esa idea de ilusión, el pensar en todo lo positivo y negativo que puede generar. Ese borde entre lo positivo y lo negativo de vivir en/de una ilusión.

* Otros disparadores o referencias que estuvieron desde el principio fueron el mundo del circo, las variedades de 1800, los grandes magos, Houdini, por supuesto, su amistad con Conan Doyle, y el auge del espiritismo también. Esa época donde la ilusión era muy rudimentaria pero generaba una gran verdad. Es en ese tiempo donde se puso de moda la práctica de fotografiar espíritus. Hay historias increíbles sobre todo eso. Ese imaginario nutrió la dramaturgia de la obra.

* La primera vez que escribí fue para Sólo lo frágil. Estaba con una beca en Nueva York, pasaba sola mucho tiempo y fue en esa soledad donde apareció la necesidad imperiosa de contar algo mío, de hacer algo que de verdad quisiera hacer. Así que comencé a escribir esos personajes. Escribía, probaba lo que había escrito y corregía. Escribía desde la acción, como actriz.

* El proceso de laburo de Para mí sos hermosa fue menos ingenuo, quizá menos inconsciente, y muy difícil. Todo lo que ahora fluye y se ve lindo y sencillo, en su momento fue un parto de cuatrillizos. Muchas veces pensé en abandonar el proyecto, pero la obra no me dejaba en paz. La pensaba todo el tiempo. Sentía que había una obra ahí, en la suma de todos los materiales acumulados, pero que no era la obra que estaba haciendo. Tardó mucho en tomar forma.

* En principio íbamos a ser dos actrices, por ejemplo. Estaba Luciana Dulitzky, la directora de Sólo lo frágil, creando personajes conmigo. Pero no terminaba de cerrarnos el texto, algo no cuajaba. Yo no escribo pensando en la historia. Me salen personajes. Había varias mujeres más que no están en la obra. Hubo un momento en el que fue preciso ordenar todo, preguntarme qué era lo que quería contar con todos esos personajes. Cuando Luciana se fue seguí laburando sola y estaba sin director, le mostraba el trabajo a unos y otros, como quien muestra un hijo a ver quién lo quiere como suyo, así. Ahí fue donde apareció Marcelo Nacci, que ya había trabajado conmigo hace años en Las hojas más tiernas de los árboles. Lo llamé primero como dramaturgo, para que me ayudara a ordenar la historia. Y luego terminó asumiendo el rol de director orgánicamente. Él fue quien terminó por darle título a la obra.

* Actuar sola te enseña a sentir mucho más al público. Es casi como si te hubieran puesto una ventosa. Sabés perfectamente cuando lo tenés y cuándo no. El público te modifica constantemente, se convierte en tu compañero de escena.

* Las características físicas de los personajes las puedo explicar ahora que ya están todos definidos y entiendo cuál es la energía que exige cada uno, pero en el proceso de búsqueda no es algo consciente. Hay mucha observación y mezcla de cosas infinitas. Hace poco volví a ver Ladrón de Orquídeas y me di cuenta, por ejemplo, de que en esa película que yo había visto hacía años y de la que casi no recordaba nada, estaba el origen del personaje de la perfumista.

* Todos los personajes tienen que ver con esa transición frágil entre la ilusión y la desilusión, todos están en el borde. El primer texto que escribí es el de la nieta, que está casi al final de la obra, y habla de una gran desilusión. Ese juego de contrastes me interesa mucho, no sé. ¿Por qué uno es actor o actriz? Porque en algún momento creemos que en el escenario está todo lo que necesitamos. Pero hay veces en las que todo se torna gris. Eso también está presente.

* La magia surgió espontáneamente en los ensayos como una necesidad de esa lucha entre la ilusión y la desilusión. Llamamos a un mago, Daniel Garber. Nos pidió ver qué pasaba quince minutos antes de que apareciera la magia en escena y trabajamos sobre eso. Los magos laburan una barabaridad porque para lograr esa ilusión de cada truco en el público, ellos trabajan casi desde el lugar más desilusionado posible. Todo es de una perfección técnica impecable. Fue muy difícil laburar eso pero yo tengo mucho tesón cuando quiero algo para la obra porque entiendo que tiene que ser así. Hay que tener confianza en eso que uno entiende como necesario.

* Cuando la obra es algo que uno quiere decir, "esto lo quiero contar", cuando es tan importante para uno, entonces te involucrás en cada elemento, estás pendiente de todo. La obra es la suma de todo y hay que estar en cada cosa, en la escenografía, la luz, el vestuario, el diseño gráfico...

* Hay que aprender a confiar en el proceso. Saber que es posible. No significa que esta vez sea más fácil que la anterior porque una ya conoce algunas cosas, no. Puede ser mucho más difícil, pero la dificultad no debe aparecer para impedirnos realizar la obra. No es que porque sea difícil, no se hace. La dificultad marca una diferencia. Sí, es difícil, no me sale, bueno, veamos cómo hacemos para que salga.

Paula Ransenberg. 


Para mí sos hermosa 
Domingos 17h en Timbre 4. 
Reservas: www.alternativateatral.com 

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